Anquiloglosia y disfunciones orales
Cuando la lengua y la boca interfieren en la lactancia
Cuando la lengua y la boca interfieren en la lactancia
La lactancia materna es un proceso biológico complejo en el que intervienen tanto la madre como el bebé.
Para que la lactancia fluya, es necesario que el pecho produzca y libere leche de forma eficaz, y que el bebé tenga la capacidad de extraerla mediante una succión coordinada y funcional.
Cuando existe una alteración en la función oral, como la anquiloglosia (frenillo lingual restrictivo) u otras disfunciones (paladar alto, retrognatia, hipotonía, tensiones musculares), la dinámica de la lactancia se ve comprometida. El bebé no logra realizar los movimientos adecuados de lengua, mandíbula y labios, y esto repercute directamente en la madre y en la lactancia:
Dolor y lesiones en el pezón
Transferencia de leche ineficaz
Riesgo aumentado de mastitis subaguda por vaciado incompleto
Estrés y frustración tanto para la madre como para el bebé
Desde una visión integrativa, no podemos considerar estas dificultades como problemas aislados. La función oral del bebé está conectada con su desarrollo postural, respiratorio, neurológico e incluso inmunológico. Por eso, abordarlas a tiempo no solo mejora la lactancia, sino que previene repercusiones en áreas tan importantes como la respiración, la deglución, la formación de la mandíbula o el futuro desarrollo del habla.
La anquiloglosia es una restricción del frenillo lingual que limita el movimiento de la lengua.
Este movimiento es esencial para que el bebé pueda:
Hacer un agarre profundo y estable
Crear el sello de vacío necesario
Extraer la leche de manera eficaz
Amamantar sin causar dolor ni lesiones en la madre
Cuando la lengua no puede moverse con libertad, el bebé desarrolla compensaciones: aprieta las encías, tira del pezón, hace chasquidos o se fatiga rápidamente durante las tomas. Esto genera dificultades en la transferencia de leche y, en la madre, dolor, grietas y predisposición a la mastitis subaguda.
No todas las dificultades orales son un frenillo corto. Existen otras condiciones que también pueden interferir en la lactancia:
Paladar alto y estrecho
Retrognatia (mandíbula inferior retraída)
Tensiones musculares (tortícolis, restricción cervical)
Hipotonía u otros desequilibrios musculares
Alteraciones neurológicas que afectan la coordinación succión–deglución–respiración
Estas situaciones pueden coexistir o confundirse entre sí, por lo que es fundamental una valoración clínica detallada para diferenciarlas y plantear un abordaje eficaz.
La boca del bebé es mucho más que un canal de alimentación: es el punto de inicio de su respiración, deglución, desarrollo craneofacial y futuro lenguaje. Detectar y abordar a tiempo una disfunción oral no solo alivia el dolor y facilita la lactancia, sino que protege su salud a largo plazo.
Reconocer las señales tempranas es fundamental para saber cuándo puede existir una disfunción oral. Muchas veces estas dificultades no se deben a una “mala técnica” de la madre, sino a que el bebé no puede realizar los movimientos necesarios para amamantar de manera eficaz.
En la madre:
Dolor persistente al amamantar
Grietas recurrentes o pezones deformados tras la toma
Mastitis subaguda o episodios repetidos de inflamación
En el bebé:
Tomas muy largas y con cansancio evidente
Succión ineficaz: chasquidos, escapes de leche, entrada excesiva de aire
Frustración en el pecho: tirones, movimientos bruscos, llanto durante la toma
Baja ganancia de peso o necesidad constante de suplementación
Síntomas digestivos: cólicos, gases, reflujo
Sueño interrumpido o poca saciedad tras la toma
Si identificas varias de estas señales, puede que la causa no esté en cómo das el pecho, sino en cómo tu bebé puede usar su boca. Una valoración integrativa permite comprender qué está ocurriendo y actuar sobre el origen, para no solo recuperar la lactancia, sino también favorecer la salud y el equilibrio de ambos.
La intervención debe ser siempre integrativa y coordinada:
Valoración clínica de la toma y de la función oral del bebé
Acompañamiento en el manejo de la lactancia para aliviar el dolor y mejorar la transferencia
Derivación a profesionales especializados (odontopediatría, logopedia, fisioterapia u osteopatía) cuando es necesario
Apoyo en el post-frenotomía, si se indica, para asegurar una correcta rehabilitación funcional
El objetivo es claro: que la lactancia sea posible, cómoda y eficaz, respetando siempre los deseos de la madre y las necesidades del bebé.
Una disfunción oral no solo afecta a la lactancia, sino que también puede tener repercusiones en la respiración, el desarrollo de la mandíbula, la dentición y el habla.
Por eso, una valoración temprana permite no solo aliviar los síntomas en la lactancia, sino también prevenir consecuencias a largo plazo en el desarrollo del bebé.
Si sospechas que tu bebé puede tener un frenillo corto o alguna dificultad oral, podemos valorarlo juntas y encontrar la mejor manera de resolver el problema, aliviar el dolor y conseguir una lactancia satisfactoria.
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